Por Rafael Frias
Desde la aparición del pensamiento filosófico, los problemas o asuntos metafísicos han sido de vital importancia para el ser humano, debido a que tocan los propios fundamentos de su ser en cuanto ser, y de su existencia. Es a través de las reflexiones metafísicas que se ha querido dotar de sentido y valor la vida, en la búsqueda de los primeros principios y las últimas causas de todo. Desde que Aristóteles la llamó: “la ciencia de las primeras causas y de los primeros principios”, esta ha venido desempeñando un papel protagónico en la historia del pensamiento de Occidente. Sin embargo, a partir de la Edad Moderna, se ha venido poniendo en tela de juicios los enunciados y presupuestos que propone la metafísica. Kant es el principal crítico que se ha planteado la posibilidad de la metafísica como ciencia, no obstante, ya Hume había cuestionado algunos de sus presupuestos. En el presente trabajo me propongo presentar y hacer un comentario a la concepción kantiana de la metafísica, y su vínculo con la tradición occidental.
En su obra: Prolegómenos, Kant concibe la metafísica tradicional como pura especulación dogmática, vacua, sin fundamento y falsa sabiduría, cimentada solo en juicios analíticos, que según Kant, no es más que una extendida costumbre que se tiene de encontrar algo que sea verdad y de ahí considerar la necesidad sujetiva como objetiva. Sin embargo, Kant, se plantea la pregunta si la metafísica es posible, a fin de determinar si es una ciencia o no. De modo que si es una ciencia, ¿cómo es que está estancada y no avanza al igual que la matemática y la física?, siendo objeto de múltiples diferencias concepcional. Por el contrario, si no es una ciencia, ¿a qué se debe su permanecía y protagonismo en la historia de occidente?
Para someter a la metafísica a crítica, Kant partió de Hume, quien según él, fue el único que se atrevió a ensencender una chispa capaz de producir un fuego. La crítica hecha por Hume consistía en determinar si el principio metafísico de causa y efecto, se podía conocer a prori, o si debía de ser objeto de una experiencia. Su conclusión arribó a determinar que la razón no tiene la capacidad de concebir a priori la relación entre causa y efecto que postula que por el hecho de que una cosa es, otra tendría necesariamente que ser, sino que es a través de la experiencia que se puede conocer. De manera que todo constructo para afirmar dicho principio, es mera ficción y engaño de la razón humana, y por ende de los metafísicos. No obstante, la critica de Hume a la metafísica no trascendió mucho.
Para kant la existencia de la metafísica (como ciencia) depende de ciertas exigencias que son las que hacen de un conocimiento una ciencia. En primer lugar debe tener un método que sirva como criterio o camino para alcanzar la verdad. En segundo lugar, para Kant, toda ciencia debe de ampliar el conocimiento, de manera que donde no existe la posibilidad de los juicios sintéticos a prioris, no hay verdadero conocimiento, de modo que la metafísica no es posible como ciencia, para serlo necesita poseer “juicios sintéticos a priri”. En tercer lugar, debe de ser un conocimiento universal, donde todos participen de su consenso, sin que se tenga dudas o diferencias de sus principios y presupuestos. En cuarto lugar, todo conocimiento verdadero debe ser objeto de una experiencia sensible. La metafísica no cumple con ninguno de estos requisitos, ya que está cimentada sobre juicios analíticos, que son necesarios, pero no aportan nada nuevo al conocimiento, sus presupuestos no tienen una aceptación universal debido a que se contradicen y se cuestionan entre si, y por ultimo todos los postulados o asuntos metafísicos, no se pueden experimentar empíricamente, de modo que no pueden ser objeto de la experiencia humana. En efecto, para Kant, la metafísica no reúne los requisitos necesarios para constituirse en una ciencia.
Por otra parte, según Kant, la metafísica ha estado cimentada sobre el principio de no contradicción, aquel que se encuentra ya referido en el poema de Parmenides: “una cosa no puede ser y no ser a la vez”. Sin embargo, el hecho de que una cosa no se contradiga no quiere decir que sea objeto de la experiencia humana, trascendiendo los límites de la razón pura, esto es, el conocimiento sintético. De manera que aquella que busca el fundamento de todo, carece ella misma de fundamentos, de modo que se considera como un constructo teórico irreal, iluso, vago, el cual no puede ser objeto de la experiencia humana, tornándose contradictorio a los límites de la razón pura. De forma que los metafísicos presentan la metafísica como un conocimiento necesario, pero si la metafísica no alcanza el status de ciencia, no es nada en absoluto. Kant manda a todos los metafísicos a suspender sus funciones hasta que demuestren como son posibles los conocimientos sintéticos a prioris en la metafísica.
Pero, ¿cuál es el status de la metafisica en Kant? La condición establecida por Kant a la metafísica para ser considerada como una ciencia, es mostrar la posibilidad del conocimiento sintético a priori. De lo contrario, la metafísica no es más que un arte de convicciones que son provechosas y que se adaptan al sentido común general, indispensable para la dirección del pensamiento, entendimiento y de la voluntad en la vida, de forma que tendría un uso practico. En ese sentido, no se prohibiría hacer metafísica, pero se prohíbe llamársele saber, ya que está mas allá de los limites de la razón pura. En lo absoluto, según Kant la metafísica no puede pretender ser una filosofía especulativa, sino que se sitúa en el mero sentido común de las mayorías.
Es pertinente saber que aunque se dice que Kant le dio un giro Copernico (de 160º) a la filosofía occidental, y a pasar de que él presentó su sistema filosófico como algo nuevo, manifestando su ruptura con la tradición metafísica, es inminente el hecho de que la filosofía kantiana esta influenciada por la tradición racionalista y la empirista de su época, de modo que, Kant no se saco de abajo de la manga su sistema filosófico. Por otra parte, es importante tener en cuenta que Kant en su llamado periodo precrítico se dedicó a hacer metafísica, y la concebía como la ciencia de los límites de la razón humana.
Kant pretende sustituir la metafísica tradicional por una nueva filosofía trascendental, la cual muchos conciben como una metafísica critica, que conoce los límites de la razón pura (de la experiencia), y se presenta como la superación del sueño dogmático (metafísica tradicional). La historia del pensamiento filosófico occidental ha coincidido en concebir la filosofía kantiana la raíz de corrientes filosóficas como la ilustración (alemana), la cual se caracteriza por divinizar la razón, brindar una visión optimista de la vida, de la naturaleza, manteniendo una concepción lineal de la historia, donde se avanza al progreso de la humanidad. Esta corriente filosófica al igual que el positivismo se le confiere un trasfondo Kantiano, continuador de la visión metafísica tradicional, por tanto del dogmatismo y de la visión lineal de la historia.
La filosofía crítica de kant que puso en tela de juicio a la metafísica, se convirtió en el vehículo que ha transportado los presupuestos y concepciones metafísicas hasta nuestro tiempo. Aunque la metafísica exceda los límites de la razón pura (la experiencia), existe una disposición natural, propia y constante en el ser humano, que permanece latente, que tiende a recurrir a la metafísica, en busca de orientar y de dar respuesta a su vida, y a su porvenir. De manera, que el ser humano al parecer, es un ser metafísico. El camino iniciado por los primeros metafísicos aún está siendo recorrido y al parecer no tiene final, o lo que mantiene la continuidad de este camino es el mismo ser humano y su filosofar, el cual, en la medida que busca alejarse de la metafísica, termina haciendo uso de ella.
Bibliografía:
Kant, I., Prolegómenos a toda metafísica futura que quiera presentarse como ciencia, Madrid, Alambra Longman, 1986 (1783), (pp.14-33).
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