Una de las interrogantes que surge con el concepto de virtud es, si se puede enseñar la virtud igual que otra ciencia como la matemática. La virtud no son reglas ni preceptos morales, no se ensaña sino que se practica. Así, el sabio conoce el bien en términos practico, no teórico.
Lo anterior muestra que existía una relación estrecha en la tradición Socrático-Platónica entre el conocimiento y la virtud, de manera que el que es sabio es virtuoso, busca la felicidad que es el fin de la vida, y se adquiere a través de obrar el bien.
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