miércoles, 13 de febrero de 2008

La Antropología Filosófica como disciplina

Por Rafael Frias

La pregunta ¿qué es el hombre? Ha permanecido como un horizonte siempre abierto a él mismo, y a todas las dimensiones hermenéuticas (filosófica, teológica y científica) desde las que el hombre se ve a si mismo. Pues el hombre es el único ser conciente, capaz de preguntase por su existencia. La constante inquietud y necesidad del hombre de responder a la pregunta sobre su esencia, a fin de dotar su existencia de sentido; y ante las infinitas situaciones de que es objeto a causa de su indeterminación frente al mundo, han marcado la historia del mismo.

El problema antropológico sobre la esencia del hombre hoy más que nunca es objeto de reflexión. Gevaert, al igual que las demás personas que han abordado el tema de la antropología filosófica (Scheler, Gehlent, Gevaert, etc.) reconocen el gran desarrollo y evolución de las ciencias humanas empíricas ( biología, psicología, economía, etc), las cuales estudian al hombre desde una perspectiva científica especializada, no obstante, todos ellos coinciden en expresar que siendo esta una época donde existe mas conocimientos que antes sobre el hombre, hoy se sabe menos sobre el; prevaleciendo un ambiente de inseguridad y confusión sobre su esencia. Estas concepciones especializadas del hombre no hacen mas que estudiarlo como un objeto, y reduciéndolo a una dimensión de éste, imposibilitado la formulación de una imagen universal del éste.

¿De donde nace la pregunta del hombre por su esencia?, ¿es ésta una inquietud exclusivamente de los hombres cultos?. Tal y como lo manifiesta Gevaert, éstas preguntas no son resultado de la curiosidad científica, sino que vienen dadas por la vida misma, en las diferentes situaciones de las que el hombre es objeto. En algunos casos suscita de la admiración del hombre hacia la naturaleza que le rodea, en circunstancia limites tales como la muerte, ante experiencias negativas, y en el vació que prevalece en un mundo materialista y rutinario que no tiene un cimiento espiritual. Pero éstas no son las únicas circunstancias en las que el hombre se pregunta por esencia. Jurguen Moltmann plantea que el origen de ésta interrogante es la comparación del hombre con el animal, con el hombre y con la divinidad. Todo hombre desde su cultura, experimenta éstas realidades, de manera que el problema de la esencia del hombre no es sólo de personas cultas, sino que de algún u otro modo nos incumbe a todos.

Ante la realidad existente, donde cada una de las esferas del conocimiento proclama tener la verdad, ¿es posible construir una Imagen universal sobre la esencia del hombre?. Para Gevaert, La antropología filosófica es la parte de la filosofía que se propone elaborar filosóficamente la problemática del hombre, es decir su esencia, en cuanto sujeto y realidad global. Trata de aclarar desde una reflexión filosófica metódica las inquietudes sobre el hombre ¿Qué es el hombre?, ¿quien soy yo?. A diferencia de las demás ciencias humanas empíricas, la antropología filosófica es la única que estudia al hombre como sujeto personal en su globalidad.

La antropología filosófica propones algunos modelos básicos para acercarse al problema del hombre: comprender al hombre desde su relación con la naturaleza y su partencia a la vida biológica, comprender al hombre sobre todo como punto de encuentro y resultado de factores culturales y sociales, comprender al hombre ante todo a partir de su relación con los demás, comprender al hombre primeramente a la luz de su relación con lo absoluto (trascendente, Dios, la religión), y comprender al hombre mediante una síntesis equilibrada de estas cuatros relaciones constituva.

El problema de la esencia del hombre en el plano filosófico no es nuevo. A través de la historia del pensamiento filosófico se ha tratado de dar respuesta a este asunto, he inclusive vemos como dentro de la misma antropología filosófica existen diferencias con respecto a las reflexiones sobre la esencia del hombre, Ejemplo: para scheler, la esencia del hombre es el espíritu, o el ser metálico, mientras que para Ghelen, de su misma escula, lo es el ser praxis, lo que quiero decir es que hasta las misma personas que hacen filosofía no se ponen de acuerdo. Para Ghlelen lo metafísico no es confiable, para Scheler si, al final están analizando al hombre desde la dimensión la filosófica, pero aspectos diferentes. En pocas palabras, lo están fragmentando, porque en este caso el hombre es espíritu y es también praxis.

El mismo Gevart plantea algunos aspectos del problema metodológico de la antropología filosófica, donde el antropólogo al momento de reflexionar sobre el problema del hombre, se encuentra mediatizado por una corriente filosófica ya existente, se nutre de algunos datos que solo se pueden obtener a través de las ciencias empíricas, mientras que para determinar el sentido global del hombre, es preciso conocer todas sus dimensiones. Sin embargo, el estudio critico de una dimensión nos obliga a considerar otras, a final todo es como un devenir. La antropología filosófica como disciplina tiene sus limites y problemas al igual que las demás ciencias. Por mas que se quiera elaborar una concepción global del hombre, es imposible reducir todas las dimensiones del hombre en una sola, de modo que el hombre es un todo, donde cada una de sus dimensiones representa una parte constitutiva de su esencia.

Bibliografía:

Gevaer, J., “Introducción a la antropología Filosofica, Ediciones Sigueme, Salamanca, 2003, pp. 10-24.

Scheler, M., El Puesto del hombre en el Cosmos, Editorial Losada, Buenos Aires, pp. 19-27.

Moltmann, J., Antropología Cristiana en los conflictos del presente, Ediciones Sigueme, Salamanca, 1973, pp. 15-33.

1 comentario:

Christian Palomino dijo...

muy interesante su nota pero me gustaria ver algo de antropologia cientifica interesada en este tema ... Usted que opina al respecto.