Las Confesiones de San Agustín

1.- ¿Qué podría servir como eje central o hilo conductor de todo el libro?

Considero que el hilo conductor de todo el libro de las “Confecciones” de San Agustín, es la búsqueda insaciable de la verdad. Esto se puede ver claramente cuando a los 19 años de edad Agustín se encuentra con el Hortensio de Cicerón: “este libro trocó mis afectos, y me mudó de tal modo, que me hizo dirigir a Vos, Señor mis suplicas y ruegos, y que mis intenciones y deseos fuesen muy otros de lo que antes eran”. Este en cuanto despertó en Agustín su dimensión espiritual, suscito un intenso deseo de conocer la verdad y un profundo amor a la sabiduría (Filosofía).

“¡Con cuanto amor Dios mío, deseaba volver a tomar vuelo y elevarme sobre estas cosas terrenas hasta llegar a Vos!”(II, 4).

El intenso deseo de conocer la verdad y el amor a la sabiduría lo condujeron al encuentro con Dios que es la máxima verdad y sabiduría. Esta sed de la verdad se manifiesta en toda la vida de San Agustín, principalmente en sus tres primeras etapas (maniqueísmo, escepticismo y neoplatonismo), pero no fue hasta su conversión cuando encontró la verdad en si: Dios. Luego de encontrar la verdad, toda su vida fue orientada a alabar y servir a Dios. La inmensa alegría que produce encontrarse con Dios luego de haber amado y vivido lo terreno y pasajero, produce una ardiente felicidad, iluminada por la verdad misma.

2.-¿Cual es tu opinión sobre:

Las peras robadas:

“Tampoco quería aprovecharme de lo que iba a hurtar, sino que mi gusto estaba en el mismo hurto y pecado”. (II,4).

Lo que movió a Agustín a robar aquellas peras no fue la necesidad ni la escasez de alimentos, sino el gusto que se siente al realizar lo prohibido. Es un placer que se experimenta al hacer la maldad o el mal por pura sastifacion.

Lo malo no se justifica con nada, pero si la causa del robo hubiese sido el hambre o escasez de alimento, entonces el robo no seria por maldad o por pura sastifacion en realizar lo prohibido, sino el motivo de tal hecho pudo haber sido satisfacer una necesidad biológica. A veces se actúa mal por ignorancia, pero en otras ocasiones se hace por necesidad, también se hace el mal consiente de este: Vuestra ley, señor, prohíbe y castiga el hurto; y esta ley de tal modo está grabada en el corazón del hombre que no hay maldad que baste para borrarla. (II,4).

Cuando actuamos de esta manera perdemos el temor a Dios y buscamos igualarnos a él.

“Por ello es cierto que si yo hubiera estado solo, no hubiera hecho aquel hurto” (II,9.)

La actitud de Agustín fue la de la mayoría de los jóvenes de esa edad, se dejan influenciar por los demás, hacen las cosas para divertirse, no reflexionan antes de hacer algo, actúan pensando en ser aceptados por los demás no por una propia convicción producto de un razonamiento

La muerte del amigo:

“Porque también le había desviado, aunque no entera y radicalmente, de la verdadera fe que siendo joven seguía; y le había inclinado a aquellas falsedades supersticiosas y perjudiciales que hicieron a mi madre llorar tanto por m”i.(IV,4).

Este texto muestra como Agustín le había inculcado la doctrina maniquea a su amigo, apartándolo de la iglesia católica (cristianismo). A este hecho le podemos sumar la actitud de burla de Agustín ante el bautizo de su amigo, que contrario a lo que Agustín esperaba, esta actitud que no fue de agrado paras su amigo.

Quizás en el momento que ocurrió la muerte de su amigo Agustín no se sintió culpable y destrozado por este hecho, sino que se sintió triste por que lo quería mucho. Pero luego de Agustín convertirse al cristianismo y conocer mas a Dios, de seguro que se arrepintió de haber llevado a su amigo por un camino equivocado, y mas aun por burlarse de su bautismo.

En la actitud de Agustín ante la muerte de su amigo se refleja una realidad. Nosotros vivimos en este mundo como si fuéramos inmortales, nos aferramos a nuestros familiares, amigos y amamos mas lo creado que al creador. Viviendo de tal manera se desgarra nuestra alma ante la perdida de uno de nuestros amados, ya que no entendemos todos tenemos que morir y que solo estamos de paso por esta vida.

La actuación de Mónica:

“Pero no omitiré todas cuantas especies pueda parir mi memoria de aquella sierva vuestra, que me parió a mi, no solo en cuanto al cuerpo a esta vida temporal, sino también en el espíritu en orden a lo eterna”. (IX, 8).

La madre de Agustín desempeño un papel muy importante en la vida de Agustín. Desde muy temprana edad, Mónica educo a Agustín en la fe católica, inculcándoles los valores de la fe, a diferencia del Padre de Agustín que hasta pocos antes de su muerte era pagano. Además de sus estudios, Mónica siempre velaba por la vida espiritual de él.

Ella misma había criado a sus hijos sintiendo después por ellos los dolores de parto tantas veces, cuantas los veía apartarse de vuestros mandamientos.(IX,9).

Es imposible hablar de la vida y de la conversión de Agustín, sin referirse a su madre. Cuando Agustín entro a la secta de los maniqueos, Mónica sufrió mucho detrás de su hijo que se había apartado del camino verdadero, en busca de la verdad. Fueron muchos los sufrimientos que padeció Mónica detrás de su hijo. Eran incontables las lágrimas, oraciones y plegarias que Mónica le ofreció a Dios por la conversión de Agustín. Finalmente Mónica murió en paz tras la conversión de Agustín, pues se había cumplido su más profundo deseo:

“Una sola cosa había, por la cual deseaba detenerme algún poco de tiempo en esta vida, que era por verte cristiano antes que muriese”.(IX, 10).

3.- ¿Qué escena te parece ser una clave para la comprensión de la biografía de San Agustín?

Para mí la escena clave para entender la vida de San Agustín fue la misma que motivo su conversión:

Estando abajo de una higuera embriagado de llantos, lagrimas y lamentos, escucho la voz de un niño que cantaba diciendo “toma y lee, toma y lee” (VIII, 12), a lo que él interpreto esta voz como un mensaje de Dios. Y a prisa fue donde estaba Alipio (su amigo), tomando el libro del Apostal Pablo, lo abrió y leyó el primer capitulo que vio, en el que decía:

“No en banquetes ni embriáguese, no en vicios y deshonestidades, no en contiendas y emulaciones, sino revestíos de vuestro Señor Jesucristo, y no empleéis cuidado en satisfacer los apetitos del cuerpo”(Romanos 13, 13 y 14).

Esta escena marcó la vida de Agustín, a partir de este acontecimiento cambió su vida y se bautizo. En lo adelante en la vida de Agustín puede hablarse de un antes y un después (de su conversión). Su amor y fervor por Dios creció. Reconoció ante Dios su miseria y la vida pecaminosa que había llevado. La gracia que recibió en el bautismo inundó su alma y se llenó de alegría y paz interior, lloraba y alababa a Dios. Dedico el resto de su vida a servirle a Dios. Fue después de su conversión cuando San Agustín escribió todas sus obras, haciendo grandes aportaciones a la iglesia y al conocimiento.

4.-Elige un texto breve escríbelo y coméntalo

“Porque nos creasteis para vos, y esta inquieto nuestro corazón, hasta que descanse en vos” (I, 1).

Aunque esta frase aparece en el primer libro de las confesiones, a San Agustín le costo un largo tiempo entender y descubrirla, de modo que no se dio a comienzo de su vida, sino después de su conversión. Creo que esta frase de alguna manera manifiesta las inquietudes y deseos de Agustín en la búsqueda de la verdad. En el paso por las diferentes etapas de su vida (Maniqueísmo, escepticismo y neoplatonismo), experimentó el horror de la indigencia humana, el vació que produce lo concupiscible y una gran desolación en la búsqueda la verdad. Esa gran intranquilidad de su alma encontró la paz y la calma luego de encontrarse con Dios y su corazón (alma) inflamado de amor por Dios lloraba de alegría.

Somos creación de Dios y para Dios. La felicidad del hombre no se encuentra fuera de Dios. Lamentablemente los hombres amamos mas lo creado por Dios que a Él mismo, y buscamos en el mundo la felicidad que anhelamos. No obstante nada de lo que encontramos en el mundo sacia nuestra alma que siempre esta inquieta hasta que no se encuentra con Aquel de cuyo Ser fueron creados todos los seres, y en cuya presencia el alma se desborda de felicidad.